He visitado La Cochera más de una vez, como espectador y como artista, y cada vez que veo su interior estructural pienso en su interior en sí, en su esencia y su razón de ser, y es así como pienso en su historia y de esa forma es inevitable no traer a mi memoria la frase del escritor irlandés George Bernard Shaw “Ves cosas y dices, ¿Por qué? Pero yo sueño con cosas que nunca fueron y digo, ¿Por qué no?” y creo que esa frase resume en pocas líneas el inicio de este lugar, todo partió con un sueño, casi todo proyector emprende con una idea, aquí hubo más que eso, aquí hubo un sueño, un sueño compartido entre dos cantautores, Erick Herrera y Jean Pierre Bereta.
Nos cerraron muchas puertas y decidimos abrir una ventana
Como en todo camino artístico, sales y buscas un espacio y te encuentras con la triste realidad de nuestro país: no hay apoyo para el artista novel. Si no te cantas un cóver de algún artista conocido – y si es de la gentita del flow mejor – no eres comercial, casi nadie en su bar se atreve a apostar por la música de autor, no le da rentabilidad, muchos de estos bares te piden un porcentaje de las ganacias o que en todo caso llegues a colocar varias entradas a su local, cosa que para un cantautor emergente que apenas está iniciando parece una labor difícil, tocar puertas para mostrar tu trabajo es arriesgarse a que te la cierren en las narices, a los hacedores de La Cochera les pasó también, pero no los detuvo, vieron una oportunidad en el problema y decidieron tomar acción, y fue así como aplicaron esa vieja enseñanza de que “cuando una puerta se te cierra otras se te abren” y fueron ellos quienes se abrieron una y de pasada se la abrieron a otros más.
El día que La Cochera pudo morir
Dicen que para que un sueño se haga realidad, primero hay que despertar. Y así lo hicieron. Pero antes de que naciera la idea de dar vida a un bar cultural, se hizo la adquisición de un parlante gigante y de algunos micrófonos con la intensión de incursionar en el mundo de los shows infantiles, hacer horas locas y ese tipo de eventos, pero fue una idea que tampoco trascendió mucho y había que volver a la almohada y volver a soñar, y fue así, en medio de evaluar ideas y replantear las cosas que un 6 de febrero del 2016 empezó el gran sueño y nace un gran proyecto.
Si los bares visitados de manera infructuosa terminaron en decepción y no les dieron el espacio que buscaban para mostrar su trabajo, entonces ellos mismos se darían el espacio para mostrar su trabajo, y no solo la de ellos, sino también las de otros artistas que quieran un espacio para ser escuchados y fue así como en casa de Erick ubicada en el distrito de los Olivos, por Laura Caller, se realizó un primer evento en el que tanto él como Jean Pierre tocarían sus temas para que los puedan escuchar todos los asistentes, invitaron a los amigos y a los familiares para que asistan al primer evento, alquilaron 30 sillas y se esperaba con expectativa un lleno total, este espacio estaba destinado a ser un lugar idóneo para el arte y la cultura, un espacio de reunión entre amigos para poder disfrutar de arte y show en vivo pero le faltaba algo, le faltaba algo que los represente como un nombre, así que en vista de que estaban ocupando literalmente la cochera de la casa de Erick, no lo pensaron más, no se devanaron los sesos pensando en un nombre muy estilizado y complejo y lo bautizaron así, en honor al lugar en el que estaban “La Cochera”.
La hora pactada para el debut del nuevo espacio cultural había llegado, ahí estaban las 30 sillas que se habían alquilado para los asistentes, pero solo 5 fueron ocupadas, como dicen en el mundo del arte, el show debe continuar y el artista se debe a su público así que ambos cantaron para su pequeño público. Otros muchachos en su misma situación hubieran tirado la toalla, descartado la idea y resignarse a la realidad, archivar el proyecto y dedicarse a otra actividad o seguir insistiendo en los bares, pero ellos no, no se rindieron tan fácil y replantearon las cosas. Por esos tiempos se les sumó un amigo suyo que es rockero y que también quería tocar algunas rolas, invitaron a otros artistas que como ellos no habían tenido la oportunidad de tener un público y se planificó un segundo evento, pero esta vez en el segundo piso de la casa de Erick, pero no quisieron dejar de lado el nombre, había logrado una conexión entre ellos, pero el sueño era aún mucho más grande, no solo querían organizar tocadas en una casa, el sueño ambicionaba un bar cultural en el que la gente pueda disfrutar del arte emergente, un bar cultural quizá de los primeros en Lima Norte y que los podría volver uno de los pioneros en esta parte de la ciudad.
Y así fue como cada mes se fue organizando eventos de esta índole, música de autor en vivo y un público que cada vez iba creciendo de manera exponencial y lealtad. Todo comienza con un sueño y con las ganas de hacerse camino, todo comienza por no darse por vencido y no dejar que el desánimo los apabulle y ante el primer tropiezo den marcha atrás, el día en que La Cochera pudo morir se convirtió en el día en el que decidieron seguir respirando y desde febrero del 2019, son ya un espacio propio, lejos de los ambientes caseros y en su nombre se le puede apreciar la frase “Bar cultural”, lo soñaron y hoy viven el sueño cumplido.
Un mismo lugar. Varios artistas. Miles de sueños cumplidos.
En lo personal, conocí La Cochera un sábado por la noche en 2019, por aquel entonces funcionaba en el cuarto piso de un edificio de fachada blanca a pocas cuadras del cruce de las avenidas Universitaria y Marañón en los Olivos. Asistía al evento que se realizaba por el cumpleaños del cantautor Capitán Lawrence a quien había conocido en el evento de lanzamiento del single “Si no hubiera amor” del cantautor y productor musical Pablo Vélez en el bar “El Portón de Quilca” en el centro de Lima y luego lo volvía a ver en una de las ediciones del Parkeando en el parque Jhon Lennon de San Miguel en la que vestía un curioso polo amarillo de Bob Esponja, que le quedaba bien, a decir verdad. Luego de escribir una reseña de lo acontecido en el evento de Pablo Vélez que sería publicado en la página de Facebook de Estudios Crea uno de sus representantes me solicitó que escriba para ellos de manera esporádica, asistiendo a algunos eventos que ellos cubrirían para poder escribir la nota, fue así como llegué a la cochera la primera vez, para escribir la nota por el Capi Birthday como fue denominada la noche de celebración.
Fue en ese momento que conocí en persona a sus gestores, Erick Herrera y Jean Pierre Bereta, con quienes nos uniría en poco tiempo arte y amistad. Fue la primera vez que estuve en el bar, pero no la última, así como me tocó estar como espectador también me tocó estarlo como artista en el escenario, y la sensación siempre fue la misma, una gran sensación de familia y de confraternidad con una pisca de complicidad entre artistas, como todo lugar, como todo proyecto, hubo algunos inconvenientes que se supieron superar en equipo.
El día en el que los Bohemios llegamos a La Cochera
Así como Erick y Jean Pierre soñaron con darle la oportunidad a diversos artistas para mostrar su arte y su talento, también soñé lo mismo, aunque no con local propio sino desde la parte de la planificación y la gestación de eventos culturales y en ese sueño se involucraron tres compañeros más.
Esto nace luego de un recital llevado a cabo en el bar Barba Negra en la ciudad de Chimbote, ciudad natal del colega escritor Irwin Valera, dicho evento fue organizado por la editorial que me representa, Gato Viejo, en aquel evento logré compartir más con el cantautor Pablo Vélez a quien conocía de vista en un anterior evento, una especie de stand up poetry fallido, así como con el cantautor Marcustico y otros cantautores y poetas de la ciudad, volvimos a Lima con nuevas amistades a cuesta. Pablo estaba a puertas de lanzar su primer single que venía acompañado de video clip que era “Si no hubiera amor” que la cantó en compañía con el cantautor Marco Loyola a quien había visto en algunos eventos, pero con quien llegué a entablar una amistad desde la presentación oficial de este single en el Portón de Quilca, Pablo me escribió para invitarme como poeta en su evento, fue el primer evento fuera de la editorial al que era invitado.
Rubén Cama, otro escritor del sello editorial tenía la idea de promover más el trabajo de nosotros, a través de polos con alguno de nuestros versos impresos, me la comentó una noche y decidimos hacer un equipo de trabajo y convocamos también a Hugo Machuca del mismo sello editorial y a modo de tener un apoyo desde el lado musical invitamos a formar parte del proyecto a Pablo Vélez, nos reunimos una noche en su estudio y en medio de unas cuantas latas de Pilsen salió la idea de fundar un colectivo cultural, organizar diversos eventos culturales y brindarle escenarios a quienes le cerraban las puertas, tanto a cantautores como a poetas, con material grabado o publicado o sin ello. Pero al igual que La Cochera, nos faltaba un nombre y luego de evaluar varias opciones nos fuimos por la primera que había soltado Hugo a modo de joda y fue así como nos decidimos bautizar como el “Colectivo Bohemio” el primer logo fue hecho esa misma noche en la computadora de Pablo, algo sencillo, fondo blanco y letras negras con un estilo medio gótico que quizá nadie recuerde y luego de unos meses se hizo un nuevo diseño que es el que nos identifica hasta el día de hoy.
El momento de empezar como colectivo había llegado y estábamos emocionados, habíamos separado fecha a través de Pablo en el Portón de Quilca, esa misma noche de fundación nació el primer evento al que bautizamos como “Amores Efímeros” y una vez más, Hugo fue el responsable del nombre y de varios de los eventos nuestros, esa misma noche de fundación salió la idea de grabar con Pablo, el primero en entrar en estudio fue Hugo quien grabó Parsimonia y luego Rubén para grabar dos de sus poesías, finalmente luego de varios meses lo hice yo. Imaginábamos nuestro debut como colectivo, pero lo que no contemplamos fue que a poco del evento el local nos cancelaría el evento, no recuerdo con exactitud el motivo, creo que lo habían cerrado las autoridades municipales, estábamos con artistas confirmados y no teníamos tiempo para lamentarnos, era el momento de reaccionar y rápido así fue como recordé a La Cochera y sin pensarlo dos veces le escribí al correo que figuraba en su página de Facebook y en breve obtuve la respuesta que consignaba un número telefónico que era la de Erick y en minutos estábamos coordinando nuestro primer evento, la cual se llevó el viernes santo 19 de abril del 2019, aún en el cuarto piso del local, no solo teníamos la desventaja de que era feriado largo y viernes, sino que también el país vivía la coyuntura de la muerte del ex mandatario Alan García y ese mismo día hubo el incendio de mesa redonda en el centro de Lima, pero a pesar de eso, el evento salió genial y el apoyo de los muchachos de la cochera estuvo desde que se pactó el evento hasta el desarrollo del mismo, aquel evento contamos con pintura en vivo, un lienzo de Vallejo a cargo del artista plástico de Bellas Artes Geiss Puertas.
La Cochera: Somos lo que somos gracias a nuestra gente.
Cada artista es lo que es gracias al público que lo sigue, es la misma figura con los lugares que se encargan de reunirlo, durante todo este tiempo que La Cochera lleva operando, ha logrado entablar grandes y fuertes lazos con sus artistas al grado de generar una gran amistad y empatía, también obviamente con su público, los frecuentes y los que por primera vez llegan, desde la atención personalizada que dan sus administradores desde que llegan hasta el soporte logístico que le dan a sus artistas en el escenario.
Horario de Atención:
Miércoles a Domingo de 19:00 a 01:00 horas
Contacto: 922033615 / 924398272
Av. Río Marañón Mz. 7A Lt. 25 Laura Caller, Los Olivos (2do Piso)
Pueden seguir los siguientes link para ver algo más de La Cochera
https://www.youtube.com/watch?v=VLM36Oo2xn0 | Entrevista a Jean Pierre Bereta
https://www.youtube.com/watch?v=je1zVACM_R4 | Entrevista a Erick Herrera